14 jul 2010

De por qué hay que mantener a las mujeres lo más lejos posible del coro de la Iglesia (año 1900)




Dado que el mandamiento del Apóstol Pablo, respecto a que las mujeres mantuvieran el silencio en la Iglesia, nunca fue aplicable en serio (ni en serio ni de mentiras), en lo que respecta al canto congregacional, y como por supuesto en las comunidades religiosas de mujeres son ellas las que tienen que interpretar el canto litúrgico, entonces queda clarito que la participación de las damas en los coros eclesiásticos no está prohibida.

Pero no, es mejor mantenerlas lo más lejos posible de la Iglesia. Ya vamos a ver por qué (¡hijas del demonio! ¡hoguera ya!)

Primero, unas palabritas tomadas del “Motu proprio” emitido por el Papa Pío X (creo que año 1903, no estoy segura, pero por ahí es):

“Con la excepción de las melodías propias del celebrante en el altar y de sus ministros, que siempre deben ser cantadas en Canto Gregoriano y sin el acompañamiento del órgano, todo el resto del canto litúrgico pertenece al coro de los levitas; por lo tanto, los cantores en la iglesia, aún cuando sean laicos, realmente están tomando el lugar del coro eclesiástico”. “Del mismo principio se desprende que los cantores en la iglesia tienen un verdadero oficio litúrgico y que, por lo tanto, las mujeres, siendo incapaces de ejercer tal oficio, no pueden ser admitidas como parte del coro o de la capilla musical. Entonces, siempre que se desee emplear las voces agudas de los sopranos y contraltos, estas partes pueden ser tomadas por niños, de acuerdo con la más antigua usanza de la Iglesia”.

Momentito que todavía no termino.

Recalco este punto: no es que los coros de damas y caballeros estén prohibidos, no. Pero es mejor emplear niños, en lugar de damas, porque así se evita toda “ocasión de pecado” (ok, me estoy acordando del despelote de los curas pederastas, pero no es lo mismo, porque las mujeres, cochinas, co-chinas, son-somos propiciadoras del pecado y la perversión, y encima, indecorosas).

Finalmente, lo peor de todo es utilizar mujeres como solistas (siempre hablando del coro de una Iglesia), porque los solos en la Iglesia sólo son admisibles bajo circunstancias extremas (sigue hablando el “Motu proprio”). Y ni se les ocurra emplear a algún no-católico, ni en el coro ni como organista, porque estos desgraciados por naturaleza no entienden ni sienten ni una palabra de lo que cantan.

P.D.: Como estoy traduciendo un par de artículos, no voy a decir para dónde porque me voy derechito al infierno, no digo ni una palabra sobre de dónde saqué el texto del Motu Proprio. En Google busquen "Motu Proprio, Piux X" y sanseacabó. Ahora, tenía que ponerle un poco de onda a esto, se me está secando el cerebro primero con las traducciones, y después con el canto gregoriano. ¡¡¡¡¡Madre mía que me he vuelto solterona y aburrida!!!! Y ahora, dos preciosos ejemplos musicales, en serio, bellísimos, ambos de la Mississippi Mass Choir.







3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen post. Ssludos. Sigo visitando tu blog aunque n deje comentarios

Sara B dijo...

Hola, amigazo, tanto tiempo! Gracias por tu mensaje! Ahora, si supieras vos lo que me cuesta frenarme... Normalmente soy bastante ácida, pero si escribiera en mi blog realmente lo que pienso, sería tremendo. Tremendo.

Diego dijo...

Genial! Llegué aquí por coincidencia y me encantó el post. Seguiré revisando los demás post más adelante. Gracias por compartir...